viernes, 11 de febrero de 2011

La magia de lo cotidiano

Uno de mis mayores placeres es viajar en urbano por la noche y poder ver la ciudad deshabitada, teñida de nostalgia y de pasado, de un pretérito que no deja nunca de ser presente, y de historias anónimas que esperan ser descubiertas. Hay historias que sólo nacen a esas horas para volver a morir por las mañanas. Sólo la noche puede intensificar la magia de lo cotidiano, el valor de un abrazo, o el ruido de un café cerrando sus puertas. Las puertas se cierran, pero ese café conserva a cada uno de los que pasaron allí, cada uno de sus pasos, gestos, y palabras. Casi como la máquina grabadora inventada por Morel, en aquel libro de Bioy, los lugares conservan a quienes les dan vida, los guardan, se los quedan. Les roban sus miradas para no devolvérselas jamás. Cuando habitamos un lugar siempre perdemos algo en él. Nadie sabe donde se guardan esos rasgos, pero todos pueden sentirlo en alguna parte. Tal vez por eso disfruté aquella noche caminar por la peatonal vacía, o subirme a un colectivo donde no había ningún pasajero. Ahí estaba lleno de historias, aunque no hubiese nadie. El placer fluye al sentir que la ausencia y el vacío son los únicos que nos llevan a recordar, porque están cargados de fragmentos, de personas que no están pero que dejaron sus marcas para seguir sobreviviendo: en algún café, en alguna esquina, o en un simple estudiante que disfruta de viajar por la noche en colectivo.







Diego

2 comentarios:

  1. Cuántas historias, cuántas confesiones, cuántos amores y desamores, amistades, besos y despedidas, encuentros y desencuentros...habitan en cada lugarcito habitado de este mundo.
    Debo confesar que tus bellísimas palabras leídas con Great Escape de fondo me han robado una lágrima, una lágrima de felicidad y de emoción, porque son realmente hermosas. Cuando te vea te voy a retar cien veces seguidas por no haber abierto esta página antes, tenés una capacidad maravillosa para escribir y me parece genial que la estés sacando al mundo para que yo también pueda leerlas.

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  2. Se lo leí a mi mamá y también le encantó :)

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