sábado, 30 de julio de 2011

Piano

No importa que no suene armonioso. Presioná, tocá esas teclas con la misma intensidad con que alguna vez soñaste hacerlo. Permití que broten de ellas tus historias, que se deslicen los años a través de ese Claro de Luna. Que te enreden con sus hojas y su savia tus anhelos más recónditos. Aunque los ojos se te llenen de lágrimas y quieras disimularlo. Contáme, contáme de tus viajes. De tus padres. Sobre tu último libro. Contáme mientras lo inventás a Beethoven. Y no importa que no suene como querrías. No importa que tus dedos ya no sean tan flexibles. Que tus manos estén ensombrecidas. No importa que no puedas ser perfecta para mí. Aprecio tu imperfección mejor que tu perfección. Contáme. Contáme que cada injusticia la sentís como tuya. Contáme lo que no fue. Contáme lo que soñabas cuando eras chica y querías tocar esa misma sonata. Contáme qué amabas. Qué amás. Contáme que querés ser. Qué ser te querés dar. Qué ser que te fue dado querés rechazar. Contáme lo que fuiste. Y contáme lo que no fuiste. Contáme de tus sueños. Contáme. Y aunque no sé si estaré siempre en el banco de al lado, componé tu primera sinfonía. Algún día la voy a escuchar, y entonces, entonces voy a saber qué me contaste..



1 comentario: