jueves, 24 de febrero de 2011

Punto

"La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a los hombres. Éstos se conmueven por su condición de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser el último; no hay rostro que no esté por desdibujarse como el rostro de un sueño. Todo, entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso. Entre los Inmortales, en cambio, cada acto (y cada pensamiento) es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron, sin principio visible, o el fiel presagio de otros que en el futuro lo repetirán hasta el vértigo. No hay cosa que no esté como perdida entre infatigables espejos. Nada puede ocurrir una sola vez, nada es preciosamente precario. Lo elegíaco, lo grave, lo ceremonial, no rigen para los Inmortales. Homero y yo nos separamos en las puertas del Tánger; creo que no nos dijimos adiós."

Fragmento de El Inmortal, Jorge Luis Borges



La línea de este escrito no quiere terminar, no quiere ser corroída y corrompida por un punto, el punto es el final y esta línea pretende la continuidad, sin embargo sólo el punto la convertiría en oración, sólo el final operando retroactivamente la volvería línea, pero aún así se resiste a ser persuadida, cree en la eternidad, impugnará cualquier afirmación que exprese lo contrario, piensa que a los hombres les sucede lo mismo, también suelen rechazar el punto final de sus propias líneas, pero ese es su destino común, ese punto que los martiriza es después de todo el que otorga valor a sus vidas, sólo porque mueren sus vidas tienen valor, sólo porque mueren cada uno de sus momentos es importante, los pierde de antemano, deben declararse perdedores antes de empezar, nada volverá a repetirse exactamente, si se repitieran incansablemente todas estas palabras nadie leería esta línea que no quiere concluir, se la lee porque alguna vez irremediablemente terminará, esta línea sigue resistiendo, pretende la extensión infinita, no quiere disiparse ni desaparecer, está convencida de que puede hacerlo, se repite que no habrá punto, esta línea no .




 Diego      

7 comentarios:

  1. Me trajo algo a la cabeza:
    «Lo atroz de la pasión es cuando pasa. Cuando, al punto final de los finales, no le siguen dos puntos suspensivos.» Joaquín Sabina.

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  2. Que grande Joaquín, siempre tan acertado.

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  3. [Aclaración: mi mente está muy cansada y desgastada por el desajuste de horarios, pero voy a tratar de estimularla un poco para exponer algo coherente].

    Tenemos pensamientos tan parecidos que me es difícil expresar alguna opinión fructífera. Sinceramente me atrevo a cuestionar al maestro Borges, creo que más allá de que haya seres cuya vida los inmortalice gracias a sus obras, cuyos actos factiblemente son ecos de otros que los antecedieron, la sentencia “nada puede ocurrir una sola vez” (pese a que estoy de acuerdo en gran parte con el fragmento en sí) me parece sencillamente absurda. (¡Oh, Valeria, qué alto tenés el ego como para atreverte a criticar a Borges!). Yo creo que cada acto es único e irrepetible, y que por eso debemos ser capaces de tomar las decisiones que consideremos más acertadas en cada momento de nuestra vida. Yo estoy a favor del señor Carmona, cuando dice que “sólo porque mueren cada uno de sus momentos es importante”, ¡esos momentos únicos son los que le dan sentido a la vida!, si cada momento fuera igual a otro, no seríamos humanos, seríamos máquinas. Nada se repite de la misma manera, absolutamente nada, ni en los “mortales” ni en los “inmortales” de los que habla Jorge.

    Volvemos también a la muerte, volvemos también a uno de esos primeros textos que tuve el placer de leer cuando lo sacaste a luz y siempre que puedo parafraseo aquella frase de Feinmann que dice que no somos capaces de representarnos la nada, que por eso nos cuesta tanto pensar en un punto final…

    Para intentar hacer un diálogo entre autores de la talla de Borges y Carmona voy a añadir algo del pensamiento de Kundera (también viene muy al caso la frase que ha recordado nuestra compañera, la señorita Becker).

    Pero a mí me recordó más que nada a La Insoportable Levedad del Ser. Kundera, siguiendo a Nietzsche y a su teoría del eterno retorno, jugando también con una crítica ferviente a estos tiempos post-modernos en dónde predomina la simultaneidad y lo efímero…nos plantea fragmentos como este:

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  4. “El mito del eterno retorno viene a decir que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientos mil negros.
    ¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno? Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable.
    Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre el Robespierre que apareció sólo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses.
    Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto a como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina.”

    Perdón por la extensión, no quise recortarlo aún más porque se perdería el sentido del pensamiento. Creo que ahora sí podríamos hacer un entrecruzamiento entre “lo único de cada momento” y “lo eterno de cada momento”. Kundera nos hace pensar en la responsabilidad de nuestros actos, nos hace reflexionar sobre la estupidez humana y sobre la importancia de “la memoria” (no puedo escribir la palabra memoria sin asociarla a nuestro propio holocausto: la dictadura, y también se me viene a la mente una frase de Callejeros, banda que no escucho pero que tira frases como ésta: “No olvidar, siempre resistir:.. por los sueños que se hundieron allá…”). Kundera nos plantea que debemos vivir siendo conscientes del “peso” que nuestra vida implica. ¿En qué hace mayor hincapié según mi interpretación? ¡En las consecuencias de nuestros actos!, ya que es real que cada momento es irrepetible, pero cuando lo que se repite es la “estupidez humana”, el daño es irreparable.

    Sentenciando: Nuestra vida es única e irrepetible, cada momento que vivamos está perdido para siempre y jamás volveremos a recuperarlo, cada momento que pasa es una pequeña muerte. Todo lo que hacemos conlleva un efecto (¿física básica?), es este efecto el que perdura más allá del momento irrepetible, es este efecto el que perdura cuando hemos hecho daño, y es este efecto el que perdura cuando brindamos amor y cuando somos capaces de vivir y de dejar vivir…

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  5. PD: Tengo que decirlo: hace cuatro horas que tengo una mosca molestándome de acá para allá, está la ventana abierta, ya vino mi viejo a intentar sacarla, ahora mi vieja...y todavía sigue la misma mosca asquerosa posándose por mi cuerpo!!

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  6. Y yo estoy feliz de poder celebrar la pequeña muerte de haber leído un comentario tan hermoso, y que formes parte de mi vida. Gracias..

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  7. Val, me olvidé de aclarar que Borges cuando habla de la inmortalidad en este cuento, desde mi interpretación, no lo hace de manera simbólica. Estos hombres eran verdaderamente inmortales, y ese era, desde ya, su peor castigo. Por eso no se despiden, contaban con la certeza de que alguna otra vez se iban a cruzar, ninguno de ellos iba a desaparecer.

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